Por: Eduardo Diaz-Granados Márquez
Especialista en Educación, Cultura y Política
Universidad Nacional Abierta y a Distancia
Todas las guerras resultan crueles para vencedores y vencidos. Anónimo
Especialista en Educación, Cultura y Política
Universidad Nacional Abierta y a Distancia
Todas las guerras resultan crueles para vencedores y vencidos. Anónimo
Maicao. Actualmente los temas sobre economía y geopolítica son prioridades tanto para los países ricos como los países pobres ya que a través de estos medios se puede garantizar el poder y el mantenimiento del modelo económico que posean.
Desde el genocidio del 11 de septiembre del 2002 mientras los estadounidenses identificaban y contaban sus muertos, también se iban preparando para su plan de lucha global contra los terroristas y sus aliados. Esta situación nos indica que no es la guerra de Estados Unidos contra un grupo de terroristas, sino la guerra definitiva y abierta contra los enemigos violentos del sistema.
En Latinoamérica hace más de una década comenzaron a producirse cambios sustanciales en las tendencias políticas de los países, la mayoría de los ciudadanos optaron por respaldar iniciativas políticas de corte izquierdista (concebida esta como todas las acciones emprendidas que estén en contra del sistema actual) las cuales han establecido una nueva forma de concebir la economía y tomar posturas sobre su relación con el contexto regional. Esta situación produjo en varios países Latinoamericanos que optaron por este estilo de política, rediseñar su modelo económico y establecer nuevos modelos de corte socialista y demócrata, esta situación ha producido malestar en muchos sectores empresariales de la región los cuales han visto afectado sus intereses económicos y comerciales, así como el poder e injerencia que mantenían en el sector.
Las diferencias que en los últimos años se han presentado entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Colombia, más que ser una acumulación de hechos aislados es una posición divergente sobre el modelo económico que practican y el tipo de política que ejercen.
La clase política colombiana la cual se encuentra en su mayoría vinculada con el narcotráfico, los paramilitares y el clientelismo, ven con mucha preocupación la manera en que varios países de América Latina han optado por una política de izquierda (contra el sistema), empezó en el año 98 con Venezuela, continuo con Bolivia, Ecuador, Uruguay, Brazil, Nicaragua y Honduras. Por lo que la clase dirigente ha optado en permear el sistema político a través de reformas creadas para su acomodo y en fortalecer económicamente el aparato militar del estado para mantener su hegemonía en el país, y no se han dedicado a proponer el diseño de políticas sociales incluyentes que ayuden a solucionar los problemas que padece la población.
Esta misma situación se repite en Venezuela, ya que el gobierno de Chávez Frías, estableció un modelo económico basado en la economía endógena (modelo zepalino) el cual, aun, no ha podido dar respuesta al grave problema social que padece la población, muy a pesar de contar el país con buenos ingresos el nivel de pobreza que poseen sus habitantes es alarmante. A la vez la incursión que ha tenido el gobierno venezolano con la financiación de campañas políticas en países extranjeros de la región y los nexos con grupos al margen de la Ley han hecho que Venezuela se esté ganado el título en la región de: “vecinos indeseables”
Es por ello, y no es de extrañarse que las diferencias que se susciten entre URIBE VELEZ y CHAVEZ FRIAS, (para no hablar de países ya que a mi juicio personal es una posición individual de estos mandatarios, las cuales se encuentran respaldando el interés particular de algunos grupos y no el interés colectivo de sus conciudadanos) están mediadas por la diferencia que muestran los modelos económicos que practican y los intereses políticos que mantienen, que los pretextos que actualmente presentan cada uno a la opinión pública como las voladuras de puentes, xenofobia, incursiones de aviones espías, violación de soberanía y los improperios mutuos entre otros.
Por otro lado los burgueses y empresarios colombianos no desean que el socialismo o comunismo llegue al país, y en su afán de conseguir este propósito se encuentran dispuestos a hacer lo que sea, a costa de todo…. y lo grave es que ya lo están haciendo. Por el otro lado el gobierno venezolano con su extremo de sembrar la semilla anti sistema, establecer su modelo económico y multiplicar su guerra frontal contra Estados Unidos, ha propiciado situaciones para que se establezca esta situación de beligerancia.
Ambas posturas han creado el ambiente ideal para que ambos mandatarios saquen el mejor provecho de este estado guerra que han emprendió, ya que para cada uno esta situación alimenta los espíritus xenofóbicos y nacionalistas de la población la cual requieren para alimentar sus intereses políticos en estos tiempos de plena campaña electoral.
La guerra no es la solución para ningún problema, la violencia engendra violencia, es por ello que todos nosotros los habitantes de esta zona fronteriza debemos buscar un nuevo paradigma para solucionar esta situación si no queremos vernos en los albores de una destrucción masiva.
Desde el genocidio del 11 de septiembre del 2002 mientras los estadounidenses identificaban y contaban sus muertos, también se iban preparando para su plan de lucha global contra los terroristas y sus aliados. Esta situación nos indica que no es la guerra de Estados Unidos contra un grupo de terroristas, sino la guerra definitiva y abierta contra los enemigos violentos del sistema.
En Latinoamérica hace más de una década comenzaron a producirse cambios sustanciales en las tendencias políticas de los países, la mayoría de los ciudadanos optaron por respaldar iniciativas políticas de corte izquierdista (concebida esta como todas las acciones emprendidas que estén en contra del sistema actual) las cuales han establecido una nueva forma de concebir la economía y tomar posturas sobre su relación con el contexto regional. Esta situación produjo en varios países Latinoamericanos que optaron por este estilo de política, rediseñar su modelo económico y establecer nuevos modelos de corte socialista y demócrata, esta situación ha producido malestar en muchos sectores empresariales de la región los cuales han visto afectado sus intereses económicos y comerciales, así como el poder e injerencia que mantenían en el sector.
Las diferencias que en los últimos años se han presentado entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Colombia, más que ser una acumulación de hechos aislados es una posición divergente sobre el modelo económico que practican y el tipo de política que ejercen.
La clase política colombiana la cual se encuentra en su mayoría vinculada con el narcotráfico, los paramilitares y el clientelismo, ven con mucha preocupación la manera en que varios países de América Latina han optado por una política de izquierda (contra el sistema), empezó en el año 98 con Venezuela, continuo con Bolivia, Ecuador, Uruguay, Brazil, Nicaragua y Honduras. Por lo que la clase dirigente ha optado en permear el sistema político a través de reformas creadas para su acomodo y en fortalecer económicamente el aparato militar del estado para mantener su hegemonía en el país, y no se han dedicado a proponer el diseño de políticas sociales incluyentes que ayuden a solucionar los problemas que padece la población.
Esta misma situación se repite en Venezuela, ya que el gobierno de Chávez Frías, estableció un modelo económico basado en la economía endógena (modelo zepalino) el cual, aun, no ha podido dar respuesta al grave problema social que padece la población, muy a pesar de contar el país con buenos ingresos el nivel de pobreza que poseen sus habitantes es alarmante. A la vez la incursión que ha tenido el gobierno venezolano con la financiación de campañas políticas en países extranjeros de la región y los nexos con grupos al margen de la Ley han hecho que Venezuela se esté ganado el título en la región de: “vecinos indeseables”
Es por ello, y no es de extrañarse que las diferencias que se susciten entre URIBE VELEZ y CHAVEZ FRIAS, (para no hablar de países ya que a mi juicio personal es una posición individual de estos mandatarios, las cuales se encuentran respaldando el interés particular de algunos grupos y no el interés colectivo de sus conciudadanos) están mediadas por la diferencia que muestran los modelos económicos que practican y los intereses políticos que mantienen, que los pretextos que actualmente presentan cada uno a la opinión pública como las voladuras de puentes, xenofobia, incursiones de aviones espías, violación de soberanía y los improperios mutuos entre otros.
Por otro lado los burgueses y empresarios colombianos no desean que el socialismo o comunismo llegue al país, y en su afán de conseguir este propósito se encuentran dispuestos a hacer lo que sea, a costa de todo…. y lo grave es que ya lo están haciendo. Por el otro lado el gobierno venezolano con su extremo de sembrar la semilla anti sistema, establecer su modelo económico y multiplicar su guerra frontal contra Estados Unidos, ha propiciado situaciones para que se establezca esta situación de beligerancia.
Ambas posturas han creado el ambiente ideal para que ambos mandatarios saquen el mejor provecho de este estado guerra que han emprendió, ya que para cada uno esta situación alimenta los espíritus xenofóbicos y nacionalistas de la población la cual requieren para alimentar sus intereses políticos en estos tiempos de plena campaña electoral.
La guerra no es la solución para ningún problema, la violencia engendra violencia, es por ello que todos nosotros los habitantes de esta zona fronteriza debemos buscar un nuevo paradigma para solucionar esta situación si no queremos vernos en los albores de una destrucción masiva.
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