Por: Alejandro Rutto Martínez
El 22 de noviembre del 2009 los maicaeros acudieron a las urnas para participar en las elecciones atípicas a las que se les convocó para escoger el sucesor de Ovidio Mejía Marulanda, separado de su cargo del alcalde por el Consejo de Estado tras un dilatado proceso jurídico que mantuvo en vilo a la ciudad de la frontera durante más de dieciocho meses.
En estas elecciones el candidato de la Alianza Social Indígena Oscar Mejía Marulanda, médico ginecólogo de profesión, se constituyó en el nuevo alcalde de esta ciudad al ganar las elecciones efectuadas en el día de ayer.
Mejía Marulanda obtuvo 21.327 votos frente a los 16.469 de Eurípides Pulido, su único contrincante en este proceso eleccionario atípico convocadao para escoger el remplazo de Ovidio Mejía Marulanda quien fue separado del cargo por decisión del Consejo de Estado.
Después de una campaña corta y caracterizada, como siempre, por los programas de gobierno en que generalmente se promete lo mismo, los compromisos generosos y las movilizaciones masivas del cierre de campaña, finalmente se ha cumplido este compromiso con la democracia, de manera que hoy se conoce ya el nombre de quien habrá de conducir los destinos del municipio más importante de La Guajira durante 25 meses, de no existir nuevas demandas y reclamaciones.
Maicao ha sido un pueblo verdaderamente sufrido por varias razones: la mala calidad de sus servicios públicos, los altibajos de su economía y las condiciones de vida precarias de buena parte de su población, a lo que hay que agregar algunos factores institucionales como la falta de gobernabilidad que lo ha caracterizado durante los últimos quince años.
Los tres lustros transcurridos desde 1.995 dan para cinco períodos de gobierno. Y en efecto, en las elecciones de 1.994, 1.997, 2.000, 2.003 y 2.007 se eligieron esos cinco mandatarios: Antonio Hernández, Álvaro Guerrero, Ovidio Mejía (1), José Rafael Díaz y Ovidio Mejía (2). Sin embargo, cuatro de estos alcaldes vieron interrumpidos sus mandatos por decisiones judiciales (Hernández y Guerrero) y otros dos fueron apartados de sus cargos definitivamente por la misma causa.
En su remplazo fueron nombrados seis alcaldes por parte del gobernador de turno y se convocaron a dos procesos eleccionarios atípicos.
En total, la Tierra del Maíz ha tenido el discutible récord de contar con trece alcaldes en este período de su historia, lo cual da para un promedio apenas superior a los doce meses para cada uno de ellos.
Estas cuentas explicarían en buena parte las condiciones en que se encuentra Maicao, a pesar de la riqueza que genera y los cuantiosos recursos que ha recibido del fisco nacional por cuenta de las regalías procedentes de la explotación del carbón de El Cerrejón.
Le corresponde al recién elegido alcalde aprovechar al máximo el poco tiempo que le queda antes del 31 de diciembre del 2011 no solo para traducir en realidad las promesas de campaña sino para devolver la confianza a un pueblo que necesita volver a creer a sus gobernantes sobre todo cuando se avizoran nuevos años de vacas flacas provenientes de las secuelas que le ha dejado la dolorosa y muy costosa separación del municipio de Albania en términos de la drástica reducción de los recursos provenientes de las regalías.
La clase dirigente de La Guajira, incluidos los congresistas, diputados y el Gobierno departamental deberían atender a Maicao como una verdadera prioridad y apoyar a su alcalde y a su pueblo para que puedan abandonar su crisis crónica, en el entendido que toda dolencia del municipio fronterizo termina doliéndole y muy fuerte a toda la península.
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