viernes, 20 de noviembre de 2009

Aportes a la Maicaeridad: una carta desde Jerusalén

Autora: Fátima Salameh

Saludos mi gente de Maicao, primero que todo voy a decirles brevemente quien soy para que comprendan mis palabras…

Mi nombre es Fátima Salameh, nacida en Barranquilla y Como muchos paisanos árabes criada en Maicao bajo el seno de una familia Musulmán, mi ascendencia es de Palestina (Tierra Santa).

Me gradué como Bachiller Académico en el “Colegio El Divino Niño” y posteriormente comencé mis estudios universitarios como ingeniero de sistemas en la Fundación universitaria San Martín, donde pasé a conocer mejor al querido profesor Alejandro Rutto quien después de un tiempo lo encontré en el reconocido grupo: Facebook y quien me convidó a dar mi opinión sobre un maicaero viviendo fuera, estudie 3 años en la sede de Maicao para después terminar mis estudios en la sede de Barranquilla.

Ahora pasando al motivo de la misiva.

Todos subestimamos al hecho de haber vivido en Maicao, decimos que al ser una ciudad pequeña o un pueblo no vemos lo que es realmente la vida, pero al recorrer tantas ciudades y países y conocer tanta gente me doy cuenta que esa pequeña ciudad, ese rinconcito comercial es quien nos ha hecho más fuertes que cualquier otro lugar, es extraño que diga eso pero es verdad, ¿por qué? Pues todos sabemos que al inicio Maicao era la puerta comercial de toda Colombia por ende contaba con gran cantidad de gente, gente que venía de cualquier parte del país o del mundo, esa gente que nos enseñó otras costumbres, otras religiones, lenguas y formas de hablar, personas con las cuales sin importar de donde eran nos hacíamos amigos y nos enseñábamos entre nosotros que existe un mundo inmenso afuera, que debíamos ser tolerantes y respetar ya que nosotros exigiríamos lo mismo, claro eso es algo que se ve en cualquier parte de la tierra, pero lo especial de nuestra Maicao es que al ser tan PEQUEÑA hacia que nos relacionemos mas y que estemos mas unidos entre nosotros.

Al mudarme a Barranquilla pensé que el cambio a una ciudad grande sería brusco, pero como reitero, me di cuenta de nuevo lo valiente que me hizo ese pequeño pueblo, ya que me enseñó a ser fuerte, a dar lo mejor de mí porque eso era lo que yo recibía de la gente a mi alrededor, me percaté que el tamaño de algo solo era eso, una simple medida ya que no importa como seas, serás tan grande, tan importante o tan bueno como tu desees serlo.

Maicao dejò muchos lazos firmes entre personas, que sin importar donde se encuentren en el momento van a seguir en contacto y haciendo lo posible por comunicarse y por verse, para recordar cuando estaban reunidos todos hablando en las puertas de los almacenes, o cuando cortaban la luz durante toda la tarde o toda la noche, debilidades que en este momento que nos hacen fuertes ahora porque somos gente de batalla, que no se amedrentan con nimiedades como un apagón porque podemos seguir trabajando con velas o con fósforos y si no le entendemos a alguien porque no habla bien el idioma sabemos comunicarnos así sea con dibujos, señas, señales, pellizcos, lo que sea por hacernos entender y que nos entiendan sin sentirnos menos; esas son las diferencia entre nosotros y las personas de otros países que piensan que son el centro del mundo, y consideran a aquel que no habla su idioma es alguien inútil, o porque hubo un apagón de media hora perdió millones.

Estas son sólo algunas razones por las cuales le doy gracias a DIOS el haber crecido en Maicao y de haber vivido en Barranquilla, rodeada de gente hermosa, fuerte y capaz, personas que lo entregan todo por su país y se alegran de las alegrías ajenas y se entristecen por las desgracias ajenas, personas que si no te saben guiar ellos mismos le preguntan a otro solo para tratar de ayudarte, y si alguien se mete contigo tienes a un grupo inmenso de personas que te respaldan y dan la cara por ti, en fin son muchas cualidades que tienen y sería interminable de nombrar.

Solo puedo dar gracias a DIOS por todo ello y que sigan siendo iguales, que mejoren las fortalezas y disminuyan las debilidades y los defectos y lo más importante que todos nos sintamos orgullosos de haber vivido, y crecido allí.




No hay comentarios: