Por: Alejandro Rutto Martínez
El pasado domingo 22 de noviembre se efectuaron las elecciones atípicas en la que los maicaeros respondieron a la convocatoria que se les hizo para escoger el sucesor de Ovidio Mejía Marulanda, alcalde popular a quien el Consejo de Estado decidió separar de su cargo después de un proceso jurídico que se inició poco después de que éste se posesionara.
Después, de una semana de los comicios en el municipio de la frontera es posible hacer un análisis sereno y reposado acerca de las nuevas condiciones políticas y electorales. El nuevo alcalde de Maicao es el médico ginecólogo Oscar Mejía Marulanda, de 47 años de edad, a quien respaldaron con su voto un total de 21.237 de sus conciudadanos cifra bien importante que se constituye en la más alta votación en 21 años de elección popular de mandatarios municipales. Con estos guarismos el movimiento “Compromiso Serio” que orienta el ex alcalde Ovidio Mejía se constituye en una fuerza política sólida con la cual deberá contarse a la hora de las grandes decisiones en el departamento de La Guajira.
Un aspecto que debe destacarse tiene que ver con el ex candidato Eurípides Pulido quien, pese a haber fallado por segunda vez en su intento de ser elegido alcalde, es en cierta manera uno de los ganadores pues logró la hazaña de duplicar los ocho mil votos alcanzados hace dos años y, con sus 16. 469 sufragios, se convierte en el propietario de un apreciable capital político con el cual puede construir un futuro promisorio que bien podría llevarlo a pensar en una candidatura al congreso de la república o a otro cargo de elección popular. Pulido cuenta con seguidores fieles, quienes lo acompañan en sus iniciativas como una respuesta a su facilidad de expresión, a su liderazgo carismático y su permanente vigencia en el escenario público en el que ha asumido un papel protagónico en causas de impacto social como, por ejemplo, el tema de los servicios públicos.
Es de esperarse que Oscar Mejía y Eurípides Pulido ratifiquen su condición de caballeros de la política y hagan lo posible por cerrar cuanto antes las heridas que inevitablemente quedan abiertas después de una campaña electoral. Lo anterior debe servir para que el nuevo alcalde gobierne sin las angustias y preocupaciones que debieron sobrellevar sus antecesores Ovidio Mejía y Jarlen Garrido al punto de distraerlos seriamente de su principalísima labor de dirigir los destinos de uno de los más importantes municipios del Caribe colombiano.
Ha llegado la hora de dejar atrás los tiempos del enfrentamiento y comenzar el camino de la reconstrucción de un pueblo que serios problemas de orden económico y social. Rodear al alcalde y ayudarlo a gobernar es el mejor consejo que se le puede dar a la clase política local. Y, para quienes recibieron el favor de las mayorías la mejor recomendación es la de considerar que no es hora de revanchismos y que la campaña ha concluido. Hoy Maicao tiene un mandatario que es de todos, de quienes votaron por él y de quienes prefirieron otras opciones. De quien lo ayudó con su voz de aliento y su compañía y del anciano que en el sardinel de cualquier esquina ve pasar la sombra de los años sin que nadie le tienda una mano para mejorar su calidad de vida.
Ha comenzado una nueva etapa para los maicaeros y se avizora un futuro mejor para todos sus habitantes. Adelante, Tierra del maíz, suelo del trupillo, balcón de la frontera. Un mañana mejor sí es posible y hoy es un buen día para comenzar a construirlo.
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