NARRACIÓN DEL: PROFESOR MANUEL ESTEBAN CUELLO ACOSTA
REDACCION DE: ARMANDO JOSE OLMEDO LARRAZABAL
En Fonseca había un señor, llamado JULIO PEÑARANDA y por apodo de los que lo conocían y le trataban cotidianamente lo denominaban “Julito Criterio”, era hijo de Ceferina Peñaranda y él bebía un día si y otro también; era un bohemio empedernido, para decir más o decir menos, era un borracho.
Doña Ceferina grava y él en medio de su beodez, en medio de sus consuetudinarios tragos que se tomaba, no dejaba de ver por la enfermedad de su madre y de hacer las diligencias pertinentes a su gravedad. Y es así como acudía a donde las Parodi, a buscar las “meopatías”, o de no, donde el señor Nicolás Medina. Venía donde la “niña” Pacha a comprar la Cafeaspirina, que le asentaban muy bien a “mama Chefe”. Hacía todas las diligencias. Recuerdo que una vez fue a echar una media zuela, donde “Chemanen”, de unas pantuflas que tenía “mama Chefe”. “Julito Criterio era un hombre que quería mucho a su madre, con tan mala suerte, que el día que “mama Chefe” muere el se encontraba completamente ebrio.
Me recuerdo como ahora, porque en esa época estaba de moda la composición de José Benito Barros llamada, “El Guerere”. “Julito Criterio” acude a su casa y ya encuentra a “mama Chefe” en la urna. Llora hasta agotar las lagrimas y del bolsillo trasero del pantalón sacaba un frasquito que contenía licor y de vez en cuando se lo pegaba. Se lo pegaba y lloraba porque había perdido lo que más quería. Sonaron las campanas en tañido de duelo y “Julito criterio” entendió enseguida que era el primero para el entierro. Llevan el cadáver para la iglesia y pasando por cada uno de sus amigos, él soltaba el tañido lastimero de su dolor por haber perdido a la autora de sus días.
¡Ayyyy señoritas Parodi Ovalle! La última “meopatía” que les compre fue para “mama Chefe”, ayyy, vamos a enterrá a mama Chefe. ¡Ayyy Josefa Medinaaaa, la cabecita de arroz que usted le regalaba a “mama Chefe” pa´ los pollitos, ay, ay. “Chemanen ¡ay Chemanen”! la media zuela que le echaste a los zapatos míos, te los pagó “mama Chefe”. ¡Luís Medinaaaa cuando le llegaba la leche tempranito, usted le guardaba pote y medio pa´ “mama Chefe”.
Entraron a la iglesia, salen y ya vienen llegando y grita “Julito Criterio”, ¡Rafael Manjarrés van a enterrá a “mama Chefe!”, ¡Cuántos consejos me dio usted en la escuela pública cuando “mama Chefe” me matriculó! ¡Ayyyy profesor van a enterrá a “mama Chefe”! ¡José María Corzo, José María Corzoooooo! Traiga la lienza y palaustre que yo busco los ladrillos y el cemento para que tapen la bóveda de “mama Chefe”! y cuando llegaron al cementerio, sacó fuerzas de donde no las tenía y pegó un grito lastimero que hizo llorar a los acompañantes… ¡Ayyyy mamá Chefe, Ayyyy se murió mama Chefeeee! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!...Yo tengo un guerere, yo tengo un guerere, yo tengo un guerere que se va con “mama Chefe”.
Escribió: Armando José Olmedo Larrazábal
REDACCION DE: ARMANDO JOSE OLMEDO LARRAZABAL
En Fonseca había un señor, llamado JULIO PEÑARANDA y por apodo de los que lo conocían y le trataban cotidianamente lo denominaban “Julito Criterio”, era hijo de Ceferina Peñaranda y él bebía un día si y otro también; era un bohemio empedernido, para decir más o decir menos, era un borracho.
Doña Ceferina grava y él en medio de su beodez, en medio de sus consuetudinarios tragos que se tomaba, no dejaba de ver por la enfermedad de su madre y de hacer las diligencias pertinentes a su gravedad. Y es así como acudía a donde las Parodi, a buscar las “meopatías”, o de no, donde el señor Nicolás Medina. Venía donde la “niña” Pacha a comprar la Cafeaspirina, que le asentaban muy bien a “mama Chefe”. Hacía todas las diligencias. Recuerdo que una vez fue a echar una media zuela, donde “Chemanen”, de unas pantuflas que tenía “mama Chefe”. “Julito Criterio era un hombre que quería mucho a su madre, con tan mala suerte, que el día que “mama Chefe” muere el se encontraba completamente ebrio.
Me recuerdo como ahora, porque en esa época estaba de moda la composición de José Benito Barros llamada, “El Guerere”. “Julito Criterio” acude a su casa y ya encuentra a “mama Chefe” en la urna. Llora hasta agotar las lagrimas y del bolsillo trasero del pantalón sacaba un frasquito que contenía licor y de vez en cuando se lo pegaba. Se lo pegaba y lloraba porque había perdido lo que más quería. Sonaron las campanas en tañido de duelo y “Julito criterio” entendió enseguida que era el primero para el entierro. Llevan el cadáver para la iglesia y pasando por cada uno de sus amigos, él soltaba el tañido lastimero de su dolor por haber perdido a la autora de sus días.
¡Ayyyy señoritas Parodi Ovalle! La última “meopatía” que les compre fue para “mama Chefe”, ayyy, vamos a enterrá a mama Chefe. ¡Ayyy Josefa Medinaaaa, la cabecita de arroz que usted le regalaba a “mama Chefe” pa´ los pollitos, ay, ay. “Chemanen ¡ay Chemanen”! la media zuela que le echaste a los zapatos míos, te los pagó “mama Chefe”. ¡Luís Medinaaaa cuando le llegaba la leche tempranito, usted le guardaba pote y medio pa´ “mama Chefe”.
Entraron a la iglesia, salen y ya vienen llegando y grita “Julito Criterio”, ¡Rafael Manjarrés van a enterrá a “mama Chefe!”, ¡Cuántos consejos me dio usted en la escuela pública cuando “mama Chefe” me matriculó! ¡Ayyyy profesor van a enterrá a “mama Chefe”! ¡José María Corzo, José María Corzoooooo! Traiga la lienza y palaustre que yo busco los ladrillos y el cemento para que tapen la bóveda de “mama Chefe”! y cuando llegaron al cementerio, sacó fuerzas de donde no las tenía y pegó un grito lastimero que hizo llorar a los acompañantes… ¡Ayyyy mamá Chefe, Ayyyy se murió mama Chefeeee! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!...Yo tengo un guerere, yo tengo un guerere, yo tengo un guerere que se va con “mama Chefe”.
Escribió: Armando José Olmedo Larrazábal
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