jueves, 8 de noviembre de 2007

JAIDER CURIEL: A TRABAJAR POR RIOHACHA


Ha concluido la campaña política y Riohacha tiene un nuevo alcalde en el cual cifra sus esperanzas para que la conduzca al desarrollo hasta ahora esquivo y casi imposible. Son tantas las razones por las cuales Riohacha debería estar en condiciones bien distintas a las actuales:
En primer lugar cuenta con diversas actividades económicas que incluyen su floreciente comercio, sus hoteles y restaurantes, sus numerosas entidades bancarias, sus empresas de servicios, su producción agropecuaria y sus pequeñas y medianas empresas dedicadas a las más disímiles áreas de la producción.
En segundo lugar es la capital de un departamento dotado de abundantes recursos de todo tipo. Su condición de capital le permite albergar al gobierno departamental y las oficinas principales de entidades estatales. Cuando alguien piensa en alguna división político administrativa lo primero en que se piensa es en su ciudad capital y para el caso de la Guajira ese privilegio recae precisamente en nuestra amada Riohacha.
En tercer lugar la nuestra es una ciudad en donde se inició buena parte de la historia de Colombia. Riohacha fue fundada en los tiempos en que Colombia se encontraba en su infancia como país. Por eso los surcos de la historia nacional en todas sus etapas pasan por esta tierra en donde los europeos convivieron por años con los negros y los indios y en donde hoy convivimos armónicamente y en una mezcla infinita, los descendientes de esos tres grupos raciales que logran una fusión indisoluble en la música vallenata con la participación del tambor africano, la guacharaca indígena y el acordeón del viejo mundo. Como si lo anterior fuera poco, de las entrañas de la tierra nacieron el almirante José Prudencio padilla y el Negro Robles.
En cuarto lugar tenemos a Riohacha como uno de los destinos turísticos más apetecidos del país y como puerta de entrada al mundo mágico, maravilloso y exótico de la Guajira. Miles de colombianos incluyen en su proyecto de vida el plan de visitar alguna vez la tierra de Francisco el Hombre, de Úrsula Iguarán, del semidesierto inefable, de las rancherías con sabor a tierra y olor a pueblo. En fin…la Guajira que aman y desean visitar nuestros compatriotas y cuya puerta de acceso es el aeropuerto de su capital.
En fin, por las razones anteriores pero también por muchas otras que sería imposible enumerar, Riohacha merece un mejor un futuro distinto al presente incierto por el que atraviesa. Y los riohacheros, en su libre ejercicio de electores decidieron por mayoría ungir al eminente médico Jaider Curiel Choles como la persona que regirá sus destinos durante el próximo cuatrienio. Serán cuarenta y ocho meses, 1.461 días, 35.064 horas para atender los viejos y enquistados problemas de los cuales la ciudadanía está verdaderamente cansada.
El nuevo alcalde deberá tomar los toros por los cuernos y dedicarse con igual entusiasmo a atender por igual temas complejos y simples. En su agenda deben figurar por lo tanto un acueducto y un alcantarillado que se ajuste a las necesidades de la ciudad para los próximos treinta años, así como la erradicación del charco eterno de la calle 15 en cercanías del Parque de la India.
No debe haber lugar al descanso o a la pausa cuando se trate de resolver problemas grandes o pequeños. Tenemos buenas razones para confiar en el nuevo alcalde de Riohacha. Es un profesional destacado. Una persona decente, un hombre sin cuestionamientos en su vida pública y privada. En fin, un caballero que gozará no solo de la legalidad que le da su credencial de alcalde sino de la legitimidad que le da el amplio respaldo de los electores y la pulcritud de su comportamiento. El doctor Curiel tiene ante sí el reto inmenso de salvar a Riohacha: Un paciente gravemente enfermo a quienes algunos consideran, incluso, en etapa terminal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que cosa!!!
este médico TAMPOCO puede ni sabe gobernar!!!