viernes, 26 de octubre de 2007

NO: un monosílabo salvador

En el idioma castellano hay palabras bien difíciles de definir con otras palabras. Entre ellas podemos mencionar amor, amistad, felicidad, carisma. La próxima vez que trate de definir la palabra “amistad” y siente dificultades para hacerlo no se preocupe, a miles de personas les pasa lo mismo con vocablos representativos de tan elevados sentimientos, circunstancias o características. Algo parecido pasa con la palabra”Libertad”. Ninguna más hermosa que ella. Pero ninguna tan abstracta y llena de múltiples significados. En nombre de la libertad se han cometido crímenes, se han invadido países y declarado guerra. Incluso, vaya paradoja, algunas personas han sido echadas a la cárcel en nombre de la libertad.

Abraham Lincon manifestó que “Quienes niegan la libertad a los demás no se la merecen ellos mismos” con lo cual estaría poniendo el dedo acusador, desde su prominente lugar en la historia, sobre quienes limitan las libertades de las personas y de los pueblos. Johan Wolfgang Goethe escribió: La libertad es como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días”. La frase no aporta ninguna definición pero atribuye a la libertadla condición de un derecho por el cual todos debemos esforzarnos si nuestro deseo es disfrutarlo. Jean Paul Sastre, el consagrado filósofo francés sentencia: “Estamos condenados a la libertad”. Podría inferirse que ser libre es una carga en lugar de una bendición, pero no se trata de eso, ni más faltaba. A lo que Sastre se refiere es al hecho de que los seres humanos somos libres en todo momento, queramos o no, y estamos obligados a asumir posiciones y tomar decisiones aún cuando no lo queramos.

Octavio Paz, premio Nóbel de literatura y considerado “el más grande pensador y poeta de México”, ofrece una de las más acertadas definiciones acercadle tema. Según él, la libertad es “un movimiento de conciencia que nos lleva, en ciertos momentos a pronunciar dos monosílabos: sí o no” Enorme sabiduría encierran estas palabras. Utilizar dos monosílabos definitivos en el idioma. He ahí la diferencia entre ser libres y ser esclavos.

El afirmativo sí es una palabra poderosa. Recomendable para quienes desean cultivar una actitud positiva frente a la vida. . Los motivadores recomiendan que el individuo se auto convenza de sus potencialidades utilizando el “SÏ” acompañado de palabras como “puedo” y “soy capaz”. Los libros de autoayuda garantizan resultados milagrosos para quien use frecuentemente las expresiones “Sí puedo” “sí soy capaz”. No hay duda de que quienes triunfan en cualquier área de la vida son personas con una generosa dosis de fe en sí mismos y confianza en sus propias cualidades.

Sin embrago, es necesario también ponderar el valor del monosílabo NO. Esta palabra tiene una connotación negativa pero puede representar la diferencia entre el bien y el mal y entre el éxito y el fracaso. Un estudiante consagrado debe aprender a decirle un enérgico NO a los distractores. Una persona coherente debe decirle no, siempre no, a las drogas y al alcoholismo.
Una mujer (y un hombre) de bien debe aprender a decirle NO alas propuestas indecentes. Un funcionario honesto lo es aún más cuando pronuncia un cortante NO cuando intentan sobornarlo. Un pueblo, de manera clara, debe decirle NO a quienes pretenden su ruina. Y todos los ciudadanos debemos aprender a decir esta palabra siempre que sea necesario. Aunque tiemble la tierra, aunque se desplomen los cielos. El sí es una palabra alentadora. El NO es un monosílabo salvador.

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